Recientemente el gobernador Miguel Lifschitz, hizo una nueva presentación formal ante la Corte Suprema por el incumplimiento de Nación ante el fallo que en 2015 ordenó devolver a Santa Fe 26 mil millones de pesos.
En realidad, esa suma, de acuerdo a las estimaciones de los especialistas, rondaría en la actualidad en algo más de 80 mil millones de pesos. Monto que los santafesinos pudimos haber utilizado en el fortalecimiento de nuestro plan de obras públicas.
Lo venimos diciendo desde hace mucho: es una pena haber perdido tanto tiempo negociando con un gobierno nacional que nunca tuvo voluntad de pago. Han transferido miles de millones de pesos de manera discrecional a la Provincia de Buenos Aires o a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, distritos donde gobierna Cambiemos.
El desastre de la economía, consecuencia de la propia impericia de la gestión de Mauricio Macri, siempre funcionó como excusa. Y las propuestas que elevaron en borradores, nunca se correspondieron con el respeto que mereció la paciencia de la provincia, ante un fallo de la Corte Suprema.
Ahora tendremos que esperar una nueva decisión de la Corte. Y de esa resolución saldrá la actualización, la liquidación y la posibilidad de ejecutar la deuda a favor de nuestra provincia. Es lamentable que un gobierno haya incumplido una resolución judicial, sentando un antecedente negativo, que demuestra la falta absoluta de respeto que tiene esta gestión, con las decisiones de los otros poderes del Estado.
En este proceso, además, hemos sufrido discriminaciones y castigos por parte del Presidente Macri, que al igual que sus antecesores, juega el juego de los premios y castigos con las administraciones provinciales que aceptan o le ponen límites a sus decisiones.
Nosotros hicimos el esfuerzo que nos pidieron. Fuimos pacientes y tuvimos buena fe: ellos no. Nunca tuvieron verdadera voluntad de acuerdo, sólo de estirar los tiempos. Nunca pensaron pagarnos.